No es en absoluto necesaria la inversión de tiempo ni las visitas de técnicos a las instalaciones para disponer de un seguro. De hecho, la Ley del contrato de seguro deriva a un procedimiento simple de consulta y respuesta basado en la buena fe de ambas partes. Sin embargo, lo que en la práctica se observa es que en muchas ocasiones este procedimiento no se ha efectuado debidamente por numerosos motivos y deriva en problemas relevantes una vez acontecido el siniestro. De este modo añadimos a la fórmula propuesta una revisión exhaustiva de nuestro personal con el fin de asesorar, predecir y corregir problemáticas que puedan derivar de esta declaración, así como los derivados de las particularidades del riesgo no tenidas en cuenta por un producto masa, pues en este caso, las mismas debieran ser negociadas con el mercado asegurador  o concientizadas en la alta dirección o departamento correspondiente para la toma de medidas preventivas o asunción consciente del riesgo.